D) Anuncios - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20250423-55)
Bien de interés cultural –  Resolución de 2 de abril de 2025, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Oficina del Español, para la incoación del expediente de declaración como Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de sitio industrial, de la antigua fábrica de cerveza El Águila en Madrid
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BOCM

MIÉRCOLES 23 DE ABRIL DE 2025

B.O.C.M. Núm. 96

donada hasta el año 1993, cuando la propiedad pasa a la Comunidad de Madrid. En 1994 se
convoca un concurso de ideas para su transformación en Centro Cultural, que ganan los arquitectos Emilio Tuñón Álvarez y Luis Moreno García-Mansilla, llevándose a cabo las obras
entre 1999 y 2003.
3. Descripción del bien inmueble
Del conjunto de edificios de la fábrica nos han llegado parcialmente íntegros a la actualidad los siguientes pabellones: oficinas, maltería, primer y segundo silos, edificio central de máquinas, heladera y el primer volumen de bodegas. Lo que se conserva esencialmente de estos pabellones tras las obras de rehabilitación (1999-2003), son los muros
perimetrales de fachada, las cubiertas de madera del pabellón de los primeros silos y parcialmente las del pabellón de maltería.
Todos los edificios conservados tenían un sistema constructivo similar. Sus muros perimetrales, de gruesos espesores, estaban realizados sobre zócalos corridos de granito y fábrica de ladrillo macizo cerámico visto, recibida con mortero bastardo de cal aérea y cemento hidráulico, aparejadas a la madrileña. Este aparejo, que deja el tizón del ladrillo
visto, permitía mediante la salida y retranqueo de hiladas, y sin la utilización del acero, una
expresividad máxima a partir de unos materiales accesibles y baratos en aquella época. Incluían en su interior pilares de fundición allí donde las largas luces estructurales o las intensas sobrecargas de uso lo requerían, como en el caso del edificio central de máquinas. Los
forjados se resolvían con viguetas de perfilería de acero y entrevigados cerámicos. Los pabellones se remataban superiormente con cubiertas inclinadas conformadas mediante cerchas de madera, y las de las últimas décadas con cerchas de perfilería metálica.
El pabellón de oficinas, de planta rectangular, se encuentra en el lado suroeste de la
parcela y está dedicado en la actualidad al depósito legal de la Biblioteca Regional. Estaba
situado junto al ya desaparecido pabellón de portería, donde se realizaba el control de entrada y salida de los trenes y personal que accedía al conjunto. Tiene un zócalo de granito
sobre el que se levantan dos plantas, con cubierta a dos aguas, quedando los faldones ocultos tras la prolongación de las fachadas sobre nivel de alero. La imposta y cornisa del edificio se encuentran remarcadas mediante relieve geométrico por el juego de los tizones del
ladrillo y por franja corrida de azulejo cerámico. Cada una de las cuatro fachadas se encuentra rematada con una suerte de frontones simétricos aterrazados. En tres de los cuatro lados,
en azulejería realizada por Daniel Zuloaga Boneta, ceramista y pintor de reconocido prestigio en ese momento histórico, se representan las palabras “El Águila” en los lados este y
oeste, y en el lado sur la inscripción “Fábrica de Cerveza” justo debajo del escudo de la fábrica, realizado también con azulejo. Únicamente en el lado norte, se halla un relieve de doble círculo ejecutado también con ladrillo. Los huecos presentan marcado de la clave del
arco y recercado con saliente corrido del ladrillo hasta media altura en el caso de las ventanas, y de suelo a dintel en el caso de la puerta de acceso. Bajo las ventanas encontramos
también franja corrida de azulejería, del mismo ancho del hueco.
El pabellón de maltería tiene planta rectangular con un volumen cilíndrico adosado en su
esquina sureste, dedicado originalmente al tostado de la malta. En la actualidad acoge, junto
con el resto de edificios que se adosan, la Biblioteca Regional de la Comunidad de Madrid.
Presenta un volumen escalonado de tres módulos. El primero, ubicado al sur, es el edificio de planta circular con cubierta en aguja rematada en pizarra, que contenía el horno tostador de la malta. Los dos siguientes, el segundo y tercero, de cinco y cuatro plantas, respectivamente, acogían la cocción y procesado del mosto. El horno de tostado contaba con
una chimenea central para la salida de humos. El calor producido por éste iba tostando los
granos ya germinados de cebada, obteniendo malta. Esta malta se cocía en los otros dos módulos adyacentes, para la obtención del mosto, antes de su traslado vía vagonetas al pabellón de bodegas para su fermentación y almacenaje. A medida que la fábrica creció, se fueron ocupando zonas del pabellón central de máquinas, incluso ampliaciones en altura de
este, para trasladar allí parcialmente las funciones de cocción.
La fachada de este pabellón presenta resaltos de ladrillo a modo de pilastras en las esquinas del volumen y a ambos lados de cada hueco de ventana. Por el interior de estas últimas discurrían conducciones de ventilación de la fábrica. El recercado de los huecos y marcado de la clave del arco es similar al del pabellón de oficinas. El grosor mayor de los muros
indica las mayores cargas que soportaba la estructura a consecuencia de los grandes depósitos de cocción allí alojados. Los tres módulos contaban con cubierta inclinada, uniéndose la del módulo central (actualmente desaparecida) con uno de los cuadrantes de la cubierta del horno de tostado. Es en la última planta de este módulo central donde inicialmente se

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