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Bien de interés cultural – Resolución de 6 de octubre de 2021, de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, por la que se incoa el expediente de declaración como Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Conjunto Histórico, de la Quinta y Palacio de Torre Arias en Madrid
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BOCM
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
B.O.C.M. Núm. 252
VIERNES 22 DE OCTUBRE DE 2021
Pág. 329
ANEXO
A) Descripción del bien objeto de la declaración
1. Identificación y localización del objeto de la declaración
La Quinta de Torre Arias se encuentra situada en la calle Alcalá, número 551, distrito
de San Blas-Canillejas, 28027 Madrid. La finca figura recogida desde el 3 de junio de 2014
en el Catastro como una única finca de referencia 7475604VK4777E0001XR con una superficie total de 184.380 m2, superficie construida de 129.899 m2 y parcela construida sin
división horizontal; propiedad del Ayuntamiento de Madrid.
2. Introducción histórica
La finca de Torre Arias se construyó en el siglo XVI, en pleno Renacimiento, bajo el
reinado de Felipe II. A lo largo de todo su recorrido histórico y de las modificaciones realizadas por sus distintos propietarios, la también conocida como Quinta de Canillejas tiene
varios momentos históricos claves en su desarrollo (siglos XVII-XVIII y XIX). La evolución de la finca viene determinada por el contexto histórico vivido en cada momento, que
confiere a la Quinta una impronta con la que ha llegado a nuestros días.
La villa histórica de Canillejas, situada al noroeste de Madrid en el borde del Camino
de Aragón (calle Alcalá), con un clima benigno y abundantes arroyos y manantiales que
vierten sus aguas al rio Jarama, es una de las villas más antiguas de la Comunidad, remontando sus orígenes al siglo XIII.
En el siglo XVI su población alcanzó un gran desarrollo debido a la agricultura y la producción de vino y pan. En 1627 se le otorgó la condición de villa y capital de Señorío, y más
tarde, en 1687, Carlos II la elevó a marquesado, lo que permitió el desarrollo y esplendor de
las fincas de recreo, creándose la Quinta de Canillejas (Torre Arias) y la Quinta de la Piovera. Unos años más tarde se edificó la Quinta de los Duques de Osuna (El Capricho).
En 1949 se produjo la absorción por la capital de los poblados de Chamartín, Carabanchel, Canillas y Canillejas, y los campos de labor empezaron a ser ocupados por industrias
y colonias de viviendas. Durante los años 50 y 60 se llevó a cabo una importante actuación
urbanística, con la construcción de cientos de viviendas sociales, para alojar a los miles de
desplazados originarios de diferentes zonas rurales españolas.
La primera casa de campo de Canillejas, origen de la Quinta de Torre Arias, se cree
fue inicialmente edificada alrededor de 1580. Este dato es conocido por el testamento del
primer conde de Villamor, García Alvarado Velasco, rico criollo peruano establecido en la
Corte que formó dicha propiedad agregando tierras de diversos propietarios. En la quinta
cercada de 6,5 hectáreas se edificó una casa palacio, con huerta y palomar, de planta cuadrangular, organizado en torno a un patio cuadrado de 13 por 13 metros, con un torreón en
la esquina sureste. El palacio contaba con dos plantas, cueva y desvanes. Es muy probable
que este primer palacio se corresponda con la casa actual, pues la documentación subsistente de los siglos XVII al XIX solo recoge “reparaciones, alguna reconstrucción, conforme a su espíritu primitivo, y mejoras diversas”.
Posteriormente, el conde de Frigiliana, casado con la X condesa de Aguilar y VII condesa de Villamor, realizó numerosas mejoras y ampliaciones entre 1675 y 1682. El palacio tenía dos plantas más la cueva y desvanes; en el nivel inferior del palacio se encontraba la “sala de fruta”, el zaguán y patio; una escalinata de piedra para bajar a los jardines
desde el palacio, caballerizas y cocheras. En 1689, tras diversas incorporaciones de terreno, la superficie total se fijó en 42 fanegas y ¾ de 400 estadales cada una (14,63 ha), aproximadamente su superficie actual.
Durante la Guerra de Sucesión, la Quinta fue confiscada por las tropas del Archiduque
de Austria para fijar su residencia. Terminada la contienda los condes realizaron varias
obras. En 1733 contaba con palacio con oficinas para la servidumbre, palomar y plantación
de viñas, olivos, frutales y árboles ornamentales.
Tras algunas disputas por la herencia de este espacio, la viuda del VII duque de Osuna, Francisca Pérez de Guzmán el Bueno llevó a cabo obras de rehabilitación en el palacio,
acometiendo la restauración de parte de la fachada, el empedrado perimetral, la restauración de interiores; y sobre todo extraordinarias mejoras en la explotación agrícola, a la que
BOCM-20211022-61
Evolución histórica de la Quinta
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
B.O.C.M. Núm. 252
VIERNES 22 DE OCTUBRE DE 2021
Pág. 329
ANEXO
A) Descripción del bien objeto de la declaración
1. Identificación y localización del objeto de la declaración
La Quinta de Torre Arias se encuentra situada en la calle Alcalá, número 551, distrito
de San Blas-Canillejas, 28027 Madrid. La finca figura recogida desde el 3 de junio de 2014
en el Catastro como una única finca de referencia 7475604VK4777E0001XR con una superficie total de 184.380 m2, superficie construida de 129.899 m2 y parcela construida sin
división horizontal; propiedad del Ayuntamiento de Madrid.
2. Introducción histórica
La finca de Torre Arias se construyó en el siglo XVI, en pleno Renacimiento, bajo el
reinado de Felipe II. A lo largo de todo su recorrido histórico y de las modificaciones realizadas por sus distintos propietarios, la también conocida como Quinta de Canillejas tiene
varios momentos históricos claves en su desarrollo (siglos XVII-XVIII y XIX). La evolución de la finca viene determinada por el contexto histórico vivido en cada momento, que
confiere a la Quinta una impronta con la que ha llegado a nuestros días.
La villa histórica de Canillejas, situada al noroeste de Madrid en el borde del Camino
de Aragón (calle Alcalá), con un clima benigno y abundantes arroyos y manantiales que
vierten sus aguas al rio Jarama, es una de las villas más antiguas de la Comunidad, remontando sus orígenes al siglo XIII.
En el siglo XVI su población alcanzó un gran desarrollo debido a la agricultura y la producción de vino y pan. En 1627 se le otorgó la condición de villa y capital de Señorío, y más
tarde, en 1687, Carlos II la elevó a marquesado, lo que permitió el desarrollo y esplendor de
las fincas de recreo, creándose la Quinta de Canillejas (Torre Arias) y la Quinta de la Piovera. Unos años más tarde se edificó la Quinta de los Duques de Osuna (El Capricho).
En 1949 se produjo la absorción por la capital de los poblados de Chamartín, Carabanchel, Canillas y Canillejas, y los campos de labor empezaron a ser ocupados por industrias
y colonias de viviendas. Durante los años 50 y 60 se llevó a cabo una importante actuación
urbanística, con la construcción de cientos de viviendas sociales, para alojar a los miles de
desplazados originarios de diferentes zonas rurales españolas.
La primera casa de campo de Canillejas, origen de la Quinta de Torre Arias, se cree
fue inicialmente edificada alrededor de 1580. Este dato es conocido por el testamento del
primer conde de Villamor, García Alvarado Velasco, rico criollo peruano establecido en la
Corte que formó dicha propiedad agregando tierras de diversos propietarios. En la quinta
cercada de 6,5 hectáreas se edificó una casa palacio, con huerta y palomar, de planta cuadrangular, organizado en torno a un patio cuadrado de 13 por 13 metros, con un torreón en
la esquina sureste. El palacio contaba con dos plantas, cueva y desvanes. Es muy probable
que este primer palacio se corresponda con la casa actual, pues la documentación subsistente de los siglos XVII al XIX solo recoge “reparaciones, alguna reconstrucción, conforme a su espíritu primitivo, y mejoras diversas”.
Posteriormente, el conde de Frigiliana, casado con la X condesa de Aguilar y VII condesa de Villamor, realizó numerosas mejoras y ampliaciones entre 1675 y 1682. El palacio tenía dos plantas más la cueva y desvanes; en el nivel inferior del palacio se encontraba la “sala de fruta”, el zaguán y patio; una escalinata de piedra para bajar a los jardines
desde el palacio, caballerizas y cocheras. En 1689, tras diversas incorporaciones de terreno, la superficie total se fijó en 42 fanegas y ¾ de 400 estadales cada una (14,63 ha), aproximadamente su superficie actual.
Durante la Guerra de Sucesión, la Quinta fue confiscada por las tropas del Archiduque
de Austria para fijar su residencia. Terminada la contienda los condes realizaron varias
obras. En 1733 contaba con palacio con oficinas para la servidumbre, palomar y plantación
de viñas, olivos, frutales y árboles ornamentales.
Tras algunas disputas por la herencia de este espacio, la viuda del VII duque de Osuna, Francisca Pérez de Guzmán el Bueno llevó a cabo obras de rehabilitación en el palacio,
acometiendo la restauración de parte de la fachada, el empedrado perimetral, la restauración de interiores; y sobre todo extraordinarias mejoras en la explotación agrícola, a la que
BOCM-20211022-61
Evolución histórica de la Quinta