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Bien de interés cultural – Orden 818/2011, de 11 de mayo, por la que se incluye en el Inventario de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid el monasterio e iglesia de “La Inmaculada y San Pascual”, de Madrid
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BOCM
B.O.C.M. Núm. 136
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
VIERNES 10 DE JUNIO DE 2011
Pág. 89
do lugar a un convento de menores dimensiones. Ante la escasez de recursos, parece que en
primer lugar fue construida la zona residencial y tres o cuatro años más tarde la iglesia.
El primer proyecto del nuevo edificio fue realizado por Urquijo y Gómez en 1863 y
consistió en un pretencioso inmueble sumido en la tendencia ecléctica predominante, especialmente relacionado con las tradiciones románica y gótica, con ciertas influencias clasicistas. Dicho proyecto nunca llegó a ejecutarse, posiblemente por cuestiones presupuestarias, si bien el proyecto final mantuvo ciertas características del mismo, tales como las
cubiertas y la planta de la iglesia.
En consecuencia, fue realizado un segundo proyecto del que solo se conserva el diseño de la fachada, elaborado por Urquijo en 1865. Gracias a la documentación gráfica existente (generada principalmente a partir del ensanche de Recoletos), se puede concluir que
el proyecto definitivo estuvo estrechamente relacionado con el primer convento del siglo XVII, dando lugar a un templo de inspiración neobarroca y corte clasicista, en el que se
desechó el pujante estilo neogótico tan asociado a las construcciones religiosas de la segunda mitad del siglo XIX.
El proyecto final dispone el templo en el centro de la fachada principal, idéntica ubicación que en el convento barroco, en lugar de desplazarlo hacia el flanco norte como proponía el proyecto de 1863; asimismo, mantiene ciertos elementos compositivos exigidos en
la primera fachada barroca (escudos, arco de medio punto sostenido por pilastras cajeadas
y la imagen de la Inmaculada), que dan continuidad al inmueble del siglo XVII. El diseño
actual de la fachada, de corte más sobrio y contenido, aunaba diversas tendencias medievales, con cierta influencia del estilo gótico y de la tradición arquitectónica de la orden mendicante franciscana (con rosetón y piñón), si bien el resultado final también se vio modificado con respecto a las trazas de Urquijo de 1865.
Con motivo del centenario de la beatificación de San Pascual Bailón en 1918, la iglesia fue decorada con pinturas murales en bóvedas y cúpula, obra de Manuel Garrido.
Tanto el monasterio como la iglesia han sido intervenidos en diferentes momentos a lo
largo del siglo XX. Se tienen noticias de los daños ocasionados en el convento durante la
Guerra Civil, que motivaron una importante restauración en la década de 1940. En fechas
posteriores existen dos expedientes de visado: en 1953 se sustituyó parte del forjado de cubierta y en 2008 se pinta la fachada. La iglesia fue restaurada a finales de la década de 1980,
cuando fueron intervenidos los retablos y las pinturas murales.
El monasterio de “La Inmaculada y San Pascual”, se ubica en un solar irregular con
única fachada al paseo de Recoletos, en Madrid, identificado con el número 11.
Se trata de un conjunto sobrio y funcional, ejecutado sin grandes alardes arquitectónicos. Está integrado por la iglesia, zona conventual ubicada tras el ábside de esta, cuatro patios de diferentes dimensiones y amplio jardín interior que ejerce de medianera Sur.
El monasterio de “La Inmaculada y San Pascual” fue erigido según la corriente ecléctica dominante a lo largo del siglo XIX; en él se recogen diferentes tradiciones historicistas, claramente condicionadas por el inmueble barroco precedente. El templo, elemento
más desarrollado del conjunto, presenta modelos constructivos y decorativos inspirados en
el estilo barroco de corte clasicista propio del siglo XVII y contrasta con la arquitectura modesta y contenida de las dependencias de clausura.
La planta del inmueble se pliega a la irregularidad del solar, justificada por la expropiación llevada a cabo durante el proyecto de ensanche del paseo de Recoletos en la década de 1860. Posee un desarrollo longitudinal, con la iglesia centrada en fachada, cuyos pies
abren al paseo de Recoletos. Al Sur de esta se dispone un acceso conducente al torno y al
locutorio, a través de un largo corredor, abierto en parte al jardín interior. Una escalera en
el portal da paso a varias viviendas, propiedad del monasterio.
La zona de clausura cuenta con sencillas crujías organizadas en torno a cuatro patios;
algunas estancias conservan la solería y carpintería originales de madera. Las escaleras siguen los modelos típicos de la segunda mitad del siglo XIX, mantienen su factura de madera y barandilla de fundición con sencillos balaustres.
La fachada a la vía pública coincide con los pies del templo, al que se accede por la
portada principal, flanqueada por dos accesos de menores dimensiones que dan paso a las
dependencias privadas. La composición del frente es austera: se desarrolla en tres alturas
sobre zócalo pétreo y tres calles diferenciadas por discretas pilastras, con acabado revocado que simula el despiece del aparejo de sillería. Destacan ciertos elementos ejecutados en
piedra caliza, como son el recercado de los vanos, los escudos y la cornisa. El cuerpo cen-
BOCM-20110610-24
3. Descripción del bien inmueble
B.O.C.M. Núm. 136
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do lugar a un convento de menores dimensiones. Ante la escasez de recursos, parece que en
primer lugar fue construida la zona residencial y tres o cuatro años más tarde la iglesia.
El primer proyecto del nuevo edificio fue realizado por Urquijo y Gómez en 1863 y
consistió en un pretencioso inmueble sumido en la tendencia ecléctica predominante, especialmente relacionado con las tradiciones románica y gótica, con ciertas influencias clasicistas. Dicho proyecto nunca llegó a ejecutarse, posiblemente por cuestiones presupuestarias, si bien el proyecto final mantuvo ciertas características del mismo, tales como las
cubiertas y la planta de la iglesia.
En consecuencia, fue realizado un segundo proyecto del que solo se conserva el diseño de la fachada, elaborado por Urquijo en 1865. Gracias a la documentación gráfica existente (generada principalmente a partir del ensanche de Recoletos), se puede concluir que
el proyecto definitivo estuvo estrechamente relacionado con el primer convento del siglo XVII, dando lugar a un templo de inspiración neobarroca y corte clasicista, en el que se
desechó el pujante estilo neogótico tan asociado a las construcciones religiosas de la segunda mitad del siglo XIX.
El proyecto final dispone el templo en el centro de la fachada principal, idéntica ubicación que en el convento barroco, en lugar de desplazarlo hacia el flanco norte como proponía el proyecto de 1863; asimismo, mantiene ciertos elementos compositivos exigidos en
la primera fachada barroca (escudos, arco de medio punto sostenido por pilastras cajeadas
y la imagen de la Inmaculada), que dan continuidad al inmueble del siglo XVII. El diseño
actual de la fachada, de corte más sobrio y contenido, aunaba diversas tendencias medievales, con cierta influencia del estilo gótico y de la tradición arquitectónica de la orden mendicante franciscana (con rosetón y piñón), si bien el resultado final también se vio modificado con respecto a las trazas de Urquijo de 1865.
Con motivo del centenario de la beatificación de San Pascual Bailón en 1918, la iglesia fue decorada con pinturas murales en bóvedas y cúpula, obra de Manuel Garrido.
Tanto el monasterio como la iglesia han sido intervenidos en diferentes momentos a lo
largo del siglo XX. Se tienen noticias de los daños ocasionados en el convento durante la
Guerra Civil, que motivaron una importante restauración en la década de 1940. En fechas
posteriores existen dos expedientes de visado: en 1953 se sustituyó parte del forjado de cubierta y en 2008 se pinta la fachada. La iglesia fue restaurada a finales de la década de 1980,
cuando fueron intervenidos los retablos y las pinturas murales.
El monasterio de “La Inmaculada y San Pascual”, se ubica en un solar irregular con
única fachada al paseo de Recoletos, en Madrid, identificado con el número 11.
Se trata de un conjunto sobrio y funcional, ejecutado sin grandes alardes arquitectónicos. Está integrado por la iglesia, zona conventual ubicada tras el ábside de esta, cuatro patios de diferentes dimensiones y amplio jardín interior que ejerce de medianera Sur.
El monasterio de “La Inmaculada y San Pascual” fue erigido según la corriente ecléctica dominante a lo largo del siglo XIX; en él se recogen diferentes tradiciones historicistas, claramente condicionadas por el inmueble barroco precedente. El templo, elemento
más desarrollado del conjunto, presenta modelos constructivos y decorativos inspirados en
el estilo barroco de corte clasicista propio del siglo XVII y contrasta con la arquitectura modesta y contenida de las dependencias de clausura.
La planta del inmueble se pliega a la irregularidad del solar, justificada por la expropiación llevada a cabo durante el proyecto de ensanche del paseo de Recoletos en la década de 1860. Posee un desarrollo longitudinal, con la iglesia centrada en fachada, cuyos pies
abren al paseo de Recoletos. Al Sur de esta se dispone un acceso conducente al torno y al
locutorio, a través de un largo corredor, abierto en parte al jardín interior. Una escalera en
el portal da paso a varias viviendas, propiedad del monasterio.
La zona de clausura cuenta con sencillas crujías organizadas en torno a cuatro patios;
algunas estancias conservan la solería y carpintería originales de madera. Las escaleras siguen los modelos típicos de la segunda mitad del siglo XIX, mantienen su factura de madera y barandilla de fundición con sencillos balaustres.
La fachada a la vía pública coincide con los pies del templo, al que se accede por la
portada principal, flanqueada por dos accesos de menores dimensiones que dan paso a las
dependencias privadas. La composición del frente es austera: se desarrolla en tres alturas
sobre zócalo pétreo y tres calles diferenciadas por discretas pilastras, con acabado revocado que simula el despiece del aparejo de sillería. Destacan ciertos elementos ejecutados en
piedra caliza, como son el recercado de los vanos, los escudos y la cornisa. El cuerpo cen-
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3. Descripción del bien inmueble