III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2022-6445)
Decreto 18/2022, de 2 de marzo, por el que se declara bien de interés cultural a la "Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción" de la localidad de Montehermoso (Cáceres), con la categoría de monumento.
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No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 93
Martes 19 de abril de 2022
Sec. III. Pág. 53695
y Jesús Salvador. En el segundo cuerpo, un grupo escultórico en el que destaca
la Asunción de la Virgen, rodeada de ángeles muy toscos. Dicha calle finaliza con el
remate en el que sobresale el grupo del Calvario y la coronación con el Padre Eterno.
b) Las calles intermedias presentan cuatro lienzos pintados. En el cuerpo inferior se
sitúan la Inmaculada y san José con el niño, y en el superior la Anunciación y
san Miguel, los cuatro de estilo popular, con imágenes desproporcionadas, deteriorados
y con evidentes huellas de groseros retoques, pudiendo ser muy probablemente de
mediados del siglo XIX, posteriores a la talla del retablo.
c) En las calles exteriores aparecen cuatro imágenes de bulto: san Pedro y san Pablo
en el cuerpo inferior, y san Andrés y Santiago el Mayor en el superior. Todas ellas se
caracterizan por los pliegues duros y ampulosos, con posturas forzadas y rústicos rostros.
d) El banco se decora con toscos relieves de los evangelistas, y entre los diferentes
cuerpos hay unos espacios rectangulares apaisados con pinturas vegetales similares a
las del resto del banco.
En conjunto, el retablo es una máquina notable por su tamaño, pero que ofrece una
muestra palpable de la escasa altura de los artífices epigonales de mediados del
siglo XVII, según Andrés Ordax. Este retablo fue desmontado y restaurado en el año 2006.
Lado del Evangelio:
– Retablo de san José: barroco en madera dorada, con estípites y recargada
ornamentación, y la imagen del santo con el niño Jesús, realizado en madera dorada, de
correcta factura dieciochesca.
– Retablo del Calvario: fechado hacia 1750, con columnas salomónicas
encuadrando la hornacina, en la que, sobre fondo pintado con la Virgen y san Juan
(pintura tosca sobre tabla, muy deteriorada), destaca el Crucificado, de bulto, en cruz
arbórea y de discreta labra.
Lado de la Espístota:
Por otro lado, podemos encontrar en el templo varias imágenes, entre las que destaca
la virgen de Valdefuentes, patrona de Montehermoso, ubicada bajo el ábside. Se trata de
una representación de la virgen entronizada con el niño, de factura popular pero que
revela un gran cuidado en la talla y las proporciones. Es de madera y podríamos datarla
entre los siglos XI y XIII, aunque con diversos retoques posteriores en su policromía.
La virgen, de 60 cm de altura, está sentada sobre un trono muy pequeño, más bien
banqueta. Tiene a su hijo sobre la rodilla izquierda, y sobre una mano derecha de
descomunal tamaño sostiene una fruta esférica. Los zapatos son puntiagudos y los pies
parece que le cuelgan sobre el escabel, lo que viene a reforzar aún más su antigüedad.
Por detrás presenta un hueco de considerables dimensiones, procedimiento que servía
para sanear la madera y aligerar el peso, ya que las vírgenes de esta época eran
llevadas por los ejércitos en campaña (Quijada González, 2015b). El punto de vista ideal
para contemplar la imagen es el frontal y existe gran hieratismo y rigidez tanto en la
virgen como en su hijo, sin comunicación entre ambos, propio de las vírgenes románicas.
cve: BOE-A-2022-6445
Verificable en https://www.boe.es
– Retablo de la Inmaculada: de trazas barrocas, con columnas salomónicas, y
dorado. Curiosamente la talla de la Inmaculada Concepción fue encontrada en las orillas
del río Alagón, en el paraje de Galapagar, a principios del siglo XIX (en una fecha
indeterminada entre 1820 y 1850, Quijada González, 2015b), y aunque primeramente
estuvo en la ermita del Cristo, posteriormente se trasladó aquí, en sustitución de una
talla contemporánea. A pesar de que se desconoce su procedencia inicial, está claro que
se trata de una imagen de retablo, pues carece de modelado posterior.
– Retablo de san Ramón Nonato: con estípites y columnas salomónicas, dorado y
sobrecargado de hojarasca. En su hornacina se ubica la talla del santo, de gubia algo
rígida pero precisa y rostro bien trabajado con ojos de cristal, del mismo momento que el
retablo, coronado por una imagen del Espíritu Santo (mediados del siglo XVIII).
Núm. 93
Martes 19 de abril de 2022
Sec. III. Pág. 53695
y Jesús Salvador. En el segundo cuerpo, un grupo escultórico en el que destaca
la Asunción de la Virgen, rodeada de ángeles muy toscos. Dicha calle finaliza con el
remate en el que sobresale el grupo del Calvario y la coronación con el Padre Eterno.
b) Las calles intermedias presentan cuatro lienzos pintados. En el cuerpo inferior se
sitúan la Inmaculada y san José con el niño, y en el superior la Anunciación y
san Miguel, los cuatro de estilo popular, con imágenes desproporcionadas, deteriorados
y con evidentes huellas de groseros retoques, pudiendo ser muy probablemente de
mediados del siglo XIX, posteriores a la talla del retablo.
c) En las calles exteriores aparecen cuatro imágenes de bulto: san Pedro y san Pablo
en el cuerpo inferior, y san Andrés y Santiago el Mayor en el superior. Todas ellas se
caracterizan por los pliegues duros y ampulosos, con posturas forzadas y rústicos rostros.
d) El banco se decora con toscos relieves de los evangelistas, y entre los diferentes
cuerpos hay unos espacios rectangulares apaisados con pinturas vegetales similares a
las del resto del banco.
En conjunto, el retablo es una máquina notable por su tamaño, pero que ofrece una
muestra palpable de la escasa altura de los artífices epigonales de mediados del
siglo XVII, según Andrés Ordax. Este retablo fue desmontado y restaurado en el año 2006.
Lado del Evangelio:
– Retablo de san José: barroco en madera dorada, con estípites y recargada
ornamentación, y la imagen del santo con el niño Jesús, realizado en madera dorada, de
correcta factura dieciochesca.
– Retablo del Calvario: fechado hacia 1750, con columnas salomónicas
encuadrando la hornacina, en la que, sobre fondo pintado con la Virgen y san Juan
(pintura tosca sobre tabla, muy deteriorada), destaca el Crucificado, de bulto, en cruz
arbórea y de discreta labra.
Lado de la Espístota:
Por otro lado, podemos encontrar en el templo varias imágenes, entre las que destaca
la virgen de Valdefuentes, patrona de Montehermoso, ubicada bajo el ábside. Se trata de
una representación de la virgen entronizada con el niño, de factura popular pero que
revela un gran cuidado en la talla y las proporciones. Es de madera y podríamos datarla
entre los siglos XI y XIII, aunque con diversos retoques posteriores en su policromía.
La virgen, de 60 cm de altura, está sentada sobre un trono muy pequeño, más bien
banqueta. Tiene a su hijo sobre la rodilla izquierda, y sobre una mano derecha de
descomunal tamaño sostiene una fruta esférica. Los zapatos son puntiagudos y los pies
parece que le cuelgan sobre el escabel, lo que viene a reforzar aún más su antigüedad.
Por detrás presenta un hueco de considerables dimensiones, procedimiento que servía
para sanear la madera y aligerar el peso, ya que las vírgenes de esta época eran
llevadas por los ejércitos en campaña (Quijada González, 2015b). El punto de vista ideal
para contemplar la imagen es el frontal y existe gran hieratismo y rigidez tanto en la
virgen como en su hijo, sin comunicación entre ambos, propio de las vírgenes románicas.
cve: BOE-A-2022-6445
Verificable en https://www.boe.es
– Retablo de la Inmaculada: de trazas barrocas, con columnas salomónicas, y
dorado. Curiosamente la talla de la Inmaculada Concepción fue encontrada en las orillas
del río Alagón, en el paraje de Galapagar, a principios del siglo XIX (en una fecha
indeterminada entre 1820 y 1850, Quijada González, 2015b), y aunque primeramente
estuvo en la ermita del Cristo, posteriormente se trasladó aquí, en sustitución de una
talla contemporánea. A pesar de que se desconoce su procedencia inicial, está claro que
se trata de una imagen de retablo, pues carece de modelado posterior.
– Retablo de san Ramón Nonato: con estípites y columnas salomónicas, dorado y
sobrecargado de hojarasca. En su hornacina se ubica la talla del santo, de gubia algo
rígida pero precisa y rostro bien trabajado con ojos de cristal, del mismo momento que el
retablo, coronado por una imagen del Espíritu Santo (mediados del siglo XVIII).