3. Otras disposiciones. . (2021/527-3)
Decreto 126/2021, de 23 de marzo, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Zona Arqueológica, el yacimiento denominado Terrera Ventura, en Tabernas (Almería).
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Extraordinario núm. 27 - Miércoles, 31 de marzo de 2021
página 123
Este sitio arqueológico pertenece a lo que se ha venido llamando Cultura de Almería,
definida hace ya unas décadas a partir de las investigaciones desarrolladas en el sustrato
indígena del Neolítico Final del SE peninsular, desde la zona oriental granadina hasta la
almeriense-murciana, teniendo como epicentro el poblado de Los Millares (Santa Fe de
Mondújar, Almería), pasando por Almizaraque (Cuevas de Almanzora, Almería), El Tarajal
(El Barranquete, Almería), Fuente Bermeja (Antas, Almería), o Ciavieja (El Ejido, Almería),
entre otros.
En palabras de su investigador principal, F. Gusi, la excavación arqueológica realizada
en este yacimiento abarca 4 fases de ocupación, correspondientes a dos horizontes
culturales claros, uno premetalúrgico y precampaniforme, y otro, por el contrario,
metalúrgico y campaniforme. Los distintos poblados que se asentaron en el lugar se
fueron superponiendo unos encima de otros durante el amplio período, por los menos de
700 años, en que se asentaron las distintas fases del yacimiento.
Gracias a las excavaciones realizadas podemos conocer el desarrollo del poblado
de Terrera Ventura. En su fase inicial, se documentaron viviendas que alcanzaban algo
más de 5 metros de diámetro, construidas, probablemente, con barro junto con materiales
vegetales. Las viviendas en este momento se construyen sobre zócalos en piedra de
planta semicircular. Como suele ser habitual en el devenir de poblados con una dilatada
cronología, la secuencia estratigráfica se ve paulatinamente alterada por los depósitos
o actividades antrópicas ulteriores, lo que hace más complejo el análisis procesual de
cada período. En estos momentos (Terrera Ventura I), el conjunto cerámico exhumado
está compuesto por vasijas exentas de decoración en su mayor medida, a excepción
de algunos fragmentos decorados a la almagra o pintados en color rojo. Las formas
más habituales se corresponden con platos, cuencos semiesféricos y vasos globulares,
que perviven en su mayor parte tipológicamente en fases posteriores. La industria lítica
es escasa, siendo la fábrica ósea mucho más abundante, con presencia de punzones,
espátulas y retocadores.
A partir de la siguiente fase, conocida como Terrera Ventura II, comienzan a combinarse
estancias de planta semicircular o cuadrangular, ambas contando con paredes alzadas
sobre zócalos de mampostería regular. En el interior de estas habitaciones se reconocen
hogares de planta cuadrada, y, se excavan en el sustrato geológico grandes depósitos de
agua o cisternas. En cuanto al corpus artefactual, tipológicamente mantiene sus formas
tradicionales. Si bien siguen predominando las piezas lisas, aumenta la producción
decorada, tanto a la almagra, como decoraciones externas a partir de motivos puntillados,
incisos y pintados. Con una industria lítica prácticamente testimonial, el utillaje óseo sigue
conservando los tipos tradicionales, a los que se unen algunas piezas fabricadas sobre
placas de hueso y falanges de ovicápridos. Algunas de estas piezas han sido identificadas
como representaciones cultuales.
La etapa metalúrgica-campaniforme o segundo horizonte representa un cambio
sustancial y notable en lo que al registro material, mientras que, sin embargo, el
asentamiento no muestra modificaciones sustanciales desde el punto de vista urbanístico,
siguiendo las mismas pautas constructivas, si bien algo más extensas y complejas, con
hogares cuadrangulares, superficies conformadas a partir de tierra apisonada.
En esta fase, Terrera Ventura III, se produce un fenómeno de diversificación tipológica
de los objetos cerámicos, surgiendo los tipos campaniformes más prototípicos. La industria
ósea experimenta una mayor calidad de manufactura gracias a las innovaciones técnicas,
y aparecen nuevos objetos de carácter cultual, como los famosos ídolos-falange.
En términos generales, la cultura material denota una mayor influencia de Los
Millares, refrendando la integración y relación directa de la aldea en torno a la metrópolis
almeriense. Del profuso estudio llevado a cabo por los investigadores del yacimiento, se
llegaron a definir hasta 44 morfotipos cerámicos, comprendiendo el material de todas las
fases del yacimiento. Cada morfotipo venía definido por sus características y atributos más
generales y evidentes, correspondientes a sus estructuras morfológicas. De todos ellos,
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253 - 802X
http://www.juntadeandalucia.es/eboja
00189503
BOJA
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
página 123
Este sitio arqueológico pertenece a lo que se ha venido llamando Cultura de Almería,
definida hace ya unas décadas a partir de las investigaciones desarrolladas en el sustrato
indígena del Neolítico Final del SE peninsular, desde la zona oriental granadina hasta la
almeriense-murciana, teniendo como epicentro el poblado de Los Millares (Santa Fe de
Mondújar, Almería), pasando por Almizaraque (Cuevas de Almanzora, Almería), El Tarajal
(El Barranquete, Almería), Fuente Bermeja (Antas, Almería), o Ciavieja (El Ejido, Almería),
entre otros.
En palabras de su investigador principal, F. Gusi, la excavación arqueológica realizada
en este yacimiento abarca 4 fases de ocupación, correspondientes a dos horizontes
culturales claros, uno premetalúrgico y precampaniforme, y otro, por el contrario,
metalúrgico y campaniforme. Los distintos poblados que se asentaron en el lugar se
fueron superponiendo unos encima de otros durante el amplio período, por los menos de
700 años, en que se asentaron las distintas fases del yacimiento.
Gracias a las excavaciones realizadas podemos conocer el desarrollo del poblado
de Terrera Ventura. En su fase inicial, se documentaron viviendas que alcanzaban algo
más de 5 metros de diámetro, construidas, probablemente, con barro junto con materiales
vegetales. Las viviendas en este momento se construyen sobre zócalos en piedra de
planta semicircular. Como suele ser habitual en el devenir de poblados con una dilatada
cronología, la secuencia estratigráfica se ve paulatinamente alterada por los depósitos
o actividades antrópicas ulteriores, lo que hace más complejo el análisis procesual de
cada período. En estos momentos (Terrera Ventura I), el conjunto cerámico exhumado
está compuesto por vasijas exentas de decoración en su mayor medida, a excepción
de algunos fragmentos decorados a la almagra o pintados en color rojo. Las formas
más habituales se corresponden con platos, cuencos semiesféricos y vasos globulares,
que perviven en su mayor parte tipológicamente en fases posteriores. La industria lítica
es escasa, siendo la fábrica ósea mucho más abundante, con presencia de punzones,
espátulas y retocadores.
A partir de la siguiente fase, conocida como Terrera Ventura II, comienzan a combinarse
estancias de planta semicircular o cuadrangular, ambas contando con paredes alzadas
sobre zócalos de mampostería regular. En el interior de estas habitaciones se reconocen
hogares de planta cuadrada, y, se excavan en el sustrato geológico grandes depósitos de
agua o cisternas. En cuanto al corpus artefactual, tipológicamente mantiene sus formas
tradicionales. Si bien siguen predominando las piezas lisas, aumenta la producción
decorada, tanto a la almagra, como decoraciones externas a partir de motivos puntillados,
incisos y pintados. Con una industria lítica prácticamente testimonial, el utillaje óseo sigue
conservando los tipos tradicionales, a los que se unen algunas piezas fabricadas sobre
placas de hueso y falanges de ovicápridos. Algunas de estas piezas han sido identificadas
como representaciones cultuales.
La etapa metalúrgica-campaniforme o segundo horizonte representa un cambio
sustancial y notable en lo que al registro material, mientras que, sin embargo, el
asentamiento no muestra modificaciones sustanciales desde el punto de vista urbanístico,
siguiendo las mismas pautas constructivas, si bien algo más extensas y complejas, con
hogares cuadrangulares, superficies conformadas a partir de tierra apisonada.
En esta fase, Terrera Ventura III, se produce un fenómeno de diversificación tipológica
de los objetos cerámicos, surgiendo los tipos campaniformes más prototípicos. La industria
ósea experimenta una mayor calidad de manufactura gracias a las innovaciones técnicas,
y aparecen nuevos objetos de carácter cultual, como los famosos ídolos-falange.
En términos generales, la cultura material denota una mayor influencia de Los
Millares, refrendando la integración y relación directa de la aldea en torno a la metrópolis
almeriense. Del profuso estudio llevado a cabo por los investigadores del yacimiento, se
llegaron a definir hasta 44 morfotipos cerámicos, comprendiendo el material de todas las
fases del yacimiento. Cada morfotipo venía definido por sus características y atributos más
generales y evidentes, correspondientes a sus estructuras morfológicas. De todos ellos,
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253 - 802X
http://www.juntadeandalucia.es/eboja
00189503
BOJA
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía