Ministerio Para La Transición Ecológica y El Reto Demográfico. III. Otras disposiciones. Impacto ambiental. (BOE-A-2025-15644)
Resolución de 11 de julio de 2025, de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, por la que se formula declaración de impacto ambiental del proyecto «Restauración marismas de la Ensenada de Mera, en la ría de Ortigueira, término municipal de Ortigueira (A Coruña)».
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 180
Lunes 28 de julio de 2025
Sec. III. Pág. 101352
las medidas propuestas por el promotor. No obstante, advierte que, en caso de que el
proyecto estuviera incluido en el anexo I del Decreto 172/2022, que recoge las
actividades obligadas a disponer de un Plan de Autoprotección, sería necesario elaborar
dicho plan por personal técnico competente. Sin embargo, el promotor aclara que las
actuaciones previstas no están sujetas a este decreto, ya que el proyecto no contempla
ninguna actividad recogida en su anexo I.
d.
Programa de vigilancia ambiental.
El PVA tiene como objetivo fundamental garantizar el cumplimiento de todas las
medidas protectoras y correctoras establecidas en el EsIA, así como verificar que la
ejecución del proyecto se ajusta a las especificaciones ambientales en todas sus fases.
Para ello, el programa contempla la supervisión continua de la aplicación de las medidas,
el control de la evolución de los impactos previstos y residuales, y la recopilación de
información relevante para la mejora de futuras evaluaciones ambientales.
El PVA se estructura en tres fases principales, en las que se contemplan los
siguientes controles:
– Geología, geomorfología costera y edafología: Se realizarán inspecciones iniciales
y mensuales las áreas jalonadas protegidas, el tránsito de maquinaria, la gestión de
residuos y sustancias peligrosas, y al final se comprueba la restauración y limpieza de
las zonas afectadas.
– Agua: Se realizarán controles periódicos (quincenal/mensual) de la calidad del
agua y de las barreras antiturbidez, con muestreos semanales o quincenales según la
fase de obra. Se monitorizará la calidad del agua en las mismas estaciones y con los
mismos parámetros que en la fase preoperacional, con una frecuencia semanal durante
el desmonte del caballón sur y quincenal durante el resto de la obra, ajustando la
frecuencia si es necesario. Si se detectan valores anómalos respecto a la normativa
vigente, se reducirán o se paralizarán los trabajos. Se mantendrán las boyas
oceanográficas para el registro continuo.
– Población (calidad del aire y ruido): Se controlarán las emisiones de polvo, gases y
ruidos, aplicando medidas correctoras y ajustando las actividades para evitar molestias a
la población y garantizar el cumplimiento de la normativa vigente. Se verificará
mensualmente el cumplimiento de las medidas de protección acústica y se informará a
cve: BOE-A-2025-15644
Verificable en https://www.boe.es
1) Fase preoperacional: Se realizan estudios y prospecciones para establecer el
estado ambiental inicial antes de comenzar las obras. Se evaluará la calidad de las
aguas mediante un muestreo previo en siete estaciones, donde se analizan parámetros
físico-químicos como temperatura, pH, conductividad, salinidad, oxígeno disuelto,
turbidez, sólidos en suspensión, materia orgánica, nutrientes (nitrógeno total, amonio,
nitritos, nitratos, fósforo total, ortofosfatos), metales pesados (plomo, cadmio, cobre, zinc,
mercurio), hidrocarburos y parámetros microbiológicos (coliformes totales y fecales).
Además, se instalarán boyas oceanográficas para medición continua en dos puntos
estratégicos y se realiza un muestreo físico-químico en un rego cercano a las
instalaciones auxiliares. También se evaluará el estado de los fondos estuarinos y
biotopos costeros, analizando la calidad y composición de los sedimentos, así como la
presencia de organismos bentónicos. Igualmente se prevé el monitoreo de los niveles
acústicos en tres puntos de control, y se llevará a cabo un inventario de fauna y
vegetación de interés, identificando zonas de exclusión y medidas de protección. Por
último, se inspeccionará las praderas de Zostera cercanas para determinar su situación y
distribución antes del inicio de las obras.
2) Fase de obras: La vigilancia ambiental se intensifica mediante informes
mensuales que incluyen cronogramas actualizados, memorias de seguimiento, registros
de variaciones, reportajes fotográficos y planos de los avances y medidas correctoras. Al
finalizar, se elabora un informe resumen sobre la aplicación del PVA y propuestas para la
fase de explotación.
Núm. 180
Lunes 28 de julio de 2025
Sec. III. Pág. 101352
las medidas propuestas por el promotor. No obstante, advierte que, en caso de que el
proyecto estuviera incluido en el anexo I del Decreto 172/2022, que recoge las
actividades obligadas a disponer de un Plan de Autoprotección, sería necesario elaborar
dicho plan por personal técnico competente. Sin embargo, el promotor aclara que las
actuaciones previstas no están sujetas a este decreto, ya que el proyecto no contempla
ninguna actividad recogida en su anexo I.
d.
Programa de vigilancia ambiental.
El PVA tiene como objetivo fundamental garantizar el cumplimiento de todas las
medidas protectoras y correctoras establecidas en el EsIA, así como verificar que la
ejecución del proyecto se ajusta a las especificaciones ambientales en todas sus fases.
Para ello, el programa contempla la supervisión continua de la aplicación de las medidas,
el control de la evolución de los impactos previstos y residuales, y la recopilación de
información relevante para la mejora de futuras evaluaciones ambientales.
El PVA se estructura en tres fases principales, en las que se contemplan los
siguientes controles:
– Geología, geomorfología costera y edafología: Se realizarán inspecciones iniciales
y mensuales las áreas jalonadas protegidas, el tránsito de maquinaria, la gestión de
residuos y sustancias peligrosas, y al final se comprueba la restauración y limpieza de
las zonas afectadas.
– Agua: Se realizarán controles periódicos (quincenal/mensual) de la calidad del
agua y de las barreras antiturbidez, con muestreos semanales o quincenales según la
fase de obra. Se monitorizará la calidad del agua en las mismas estaciones y con los
mismos parámetros que en la fase preoperacional, con una frecuencia semanal durante
el desmonte del caballón sur y quincenal durante el resto de la obra, ajustando la
frecuencia si es necesario. Si se detectan valores anómalos respecto a la normativa
vigente, se reducirán o se paralizarán los trabajos. Se mantendrán las boyas
oceanográficas para el registro continuo.
– Población (calidad del aire y ruido): Se controlarán las emisiones de polvo, gases y
ruidos, aplicando medidas correctoras y ajustando las actividades para evitar molestias a
la población y garantizar el cumplimiento de la normativa vigente. Se verificará
mensualmente el cumplimiento de las medidas de protección acústica y se informará a
cve: BOE-A-2025-15644
Verificable en https://www.boe.es
1) Fase preoperacional: Se realizan estudios y prospecciones para establecer el
estado ambiental inicial antes de comenzar las obras. Se evaluará la calidad de las
aguas mediante un muestreo previo en siete estaciones, donde se analizan parámetros
físico-químicos como temperatura, pH, conductividad, salinidad, oxígeno disuelto,
turbidez, sólidos en suspensión, materia orgánica, nutrientes (nitrógeno total, amonio,
nitritos, nitratos, fósforo total, ortofosfatos), metales pesados (plomo, cadmio, cobre, zinc,
mercurio), hidrocarburos y parámetros microbiológicos (coliformes totales y fecales).
Además, se instalarán boyas oceanográficas para medición continua en dos puntos
estratégicos y se realiza un muestreo físico-químico en un rego cercano a las
instalaciones auxiliares. También se evaluará el estado de los fondos estuarinos y
biotopos costeros, analizando la calidad y composición de los sedimentos, así como la
presencia de organismos bentónicos. Igualmente se prevé el monitoreo de los niveles
acústicos en tres puntos de control, y se llevará a cabo un inventario de fauna y
vegetación de interés, identificando zonas de exclusión y medidas de protección. Por
último, se inspeccionará las praderas de Zostera cercanas para determinar su situación y
distribución antes del inicio de las obras.
2) Fase de obras: La vigilancia ambiental se intensifica mediante informes
mensuales que incluyen cronogramas actualizados, memorias de seguimiento, registros
de variaciones, reportajes fotográficos y planos de los avances y medidas correctoras. Al
finalizar, se elabora un informe resumen sobre la aplicación del PVA y propuestas para la
fase de explotación.