III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2022-6446)
Decreto 19/2022, de 2 de marzo, por el que se declara bien de interés cultural "EL Palacio y los Jardines de los Duques de Alba" en la localidad de Abadía (Cáceres), con la categoría de sitio histórico.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 19 de abril de 2022
Sec. III. Pág. 53709
se conserva solo en parte. En la esquina suroeste de este muro se sitúa la portada de
acceso a la plaza de Nápoles, en arco de medio punto (rebajado al interior) de dovelones
graníticos, ornados con haces de flechas en relieve (símbolo de los Reyes Católicos).
Además, en la esquina nordeste del muro encontramos la puerta de acceso al jardín
bajo, también en arco con despiece de dovelas, que termina en una pequeña escalera.
Para acceder a la denominada plaza de Nápoles, debemos atravesar el canal de la
almazara a través de un pontón de cantería dotado de bancos corridos en los pretiles. La
plaza se configura en un espacio cuadrangular, abierto por el norte, y delimitado por un
muro de sillares graníticos al sur, este y oeste. En los dos últimos lados, se disponen
sendas rampas de acceso. En la rampa oeste, el paramento ha perdido parte del
revestimiento de sillares en uno de sus extremos. Estos dos flancos laterales muestran
huecos cuadrangulares de pequeño tamaño, mientras que en el muro sur se abren cinco
hornacinas en arcos de medio punto. El nicho del centro es de mayor tamaño y está
provisto de un banco corrido. En la pared del fondo, acoge este nicho el escudo de los
Alba, con la corona ducal y el Toisón de Oro, sostenido por una figura alada, en mármol.
En otra de las hornacinas, aún se mantiene in situ la escultura en mármol de
Andrómeda. La joven princesa aparece de pie, desnuda y encadenada a una roca para
ser entregada como sacrificio al monstruo marino Ceto, a la que Perseo salvará de una
muerte segura. Su conservación es buena, aunque sendos orificios en la nariz y el
mentón sugieren antiguos intentos de restauración. La ranura visible en la boca indica,
posiblemente, la existencia de algún artificio relacionado con los juegos de agua que se
realizaban en el jardín. Junto a esta figura se encontraba la imagen escultórica de
Perseo, que no se ha observado en la visita, si bien algunos testimonios la situaban hace
poco en el interior del palacio. En el centro de la plaza, Ponz relaciona una fuente
monumental, hoy desaparecida, de aspecto similar a la construida en la plaza Pretoria de
Palermo (Italia), diseñada, entre otros, por Francesco Camilliani, originariamente para el
jardín florentino de don Luis de Toledo. Precisamente, una de las esculturas abadienses
(de paradero desconocido), que representa a un varón en actitud de miccionar, estaba
firmada por el mismo autor: 1555 FRANC.º CAMILANI FLORENTINO OPVS. En el lugar
de esta fuente, en el centro de la Plaza de Nápoles se dispone actualmente una simple
pila semiesférica apoyada sobre un capitel decorado con carnosos motivos vegetales.
En la parte inferior del conjunto, se sitúa el vasto espacio del Jardín Bajo. Hoy día,
esta área se dedica al cultivo, aunque algunas pilas adosadas a las tapias también
evidencian un uso ganadero. Además, tiene una noria circular, realizada con cantos de
río, que conserva los engranajes metálicos para la extracción de agua. El jardín bajo está
cerrado perimetralmente con tapia de granito y cuarcita, con un total de ocho puertas
hacia el exterior. Hacia el olivar del duque, junto a la capilla de las uvas, se localiza una
antigua puerta (hoy tapiada) con jambas de sillares y arco rebajado de cantería. Una
segunda puerta se sitúa en el flanco oeste, con dos contrafuertes en el alzado interior.
En estos contrafuertes, se observan numerosos elementos reutilizados en mármol y
granito (quizás una intervención tardía para consolidar la puerta). Diseñada en arco de
medio punto, presenta potentes dovelones de granito al exterior y arco escarzano al
interior, y se remata el conjunto con pináculos de piedra berroqueña mal conservados.
Pero, sin duda, los elementos más interesantes del jardín bajo son los restos de seis
puertas o «capillas», con forma de arco de triunfo, de profusa decoración, abiertas en la
margen derecha del río Ambroz. Presentan modelos y técnicas ornamentales diferentes,
siguiendo esquemas típicos del Bajo Renacimiento y parecen inspiradas en el «Sesto
Libro» de Serlio, tanto por el carácter general, como por la tendencia a dotar a los vanos
de duplicidad en las proporciones. A pesar de la ruina, el conjunto es de un refinamiento
extremo. En cuanto a la autoría, se cree fueron obra de estuquistas italianos que, una
vez finalizado el trabajo, regresaron a su país, puesto que no se conoce ningún taller
italiano instalado en España. En el centro de esta zona, Lope de Vega situaba un
conjunto de cuatro pequeñas fachadas con órganos hidráulicos, hoy desaparecidos.
La denominada Capilla de las Uvas es la de mejor calidad y diseño. El conjunto está
coronado por un frontón triangular, flanqueado por dos figuras jóvenes, masculinas, en
cve: BOE-A-2022-6446
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 93
Martes 19 de abril de 2022
Sec. III. Pág. 53709
se conserva solo en parte. En la esquina suroeste de este muro se sitúa la portada de
acceso a la plaza de Nápoles, en arco de medio punto (rebajado al interior) de dovelones
graníticos, ornados con haces de flechas en relieve (símbolo de los Reyes Católicos).
Además, en la esquina nordeste del muro encontramos la puerta de acceso al jardín
bajo, también en arco con despiece de dovelas, que termina en una pequeña escalera.
Para acceder a la denominada plaza de Nápoles, debemos atravesar el canal de la
almazara a través de un pontón de cantería dotado de bancos corridos en los pretiles. La
plaza se configura en un espacio cuadrangular, abierto por el norte, y delimitado por un
muro de sillares graníticos al sur, este y oeste. En los dos últimos lados, se disponen
sendas rampas de acceso. En la rampa oeste, el paramento ha perdido parte del
revestimiento de sillares en uno de sus extremos. Estos dos flancos laterales muestran
huecos cuadrangulares de pequeño tamaño, mientras que en el muro sur se abren cinco
hornacinas en arcos de medio punto. El nicho del centro es de mayor tamaño y está
provisto de un banco corrido. En la pared del fondo, acoge este nicho el escudo de los
Alba, con la corona ducal y el Toisón de Oro, sostenido por una figura alada, en mármol.
En otra de las hornacinas, aún se mantiene in situ la escultura en mármol de
Andrómeda. La joven princesa aparece de pie, desnuda y encadenada a una roca para
ser entregada como sacrificio al monstruo marino Ceto, a la que Perseo salvará de una
muerte segura. Su conservación es buena, aunque sendos orificios en la nariz y el
mentón sugieren antiguos intentos de restauración. La ranura visible en la boca indica,
posiblemente, la existencia de algún artificio relacionado con los juegos de agua que se
realizaban en el jardín. Junto a esta figura se encontraba la imagen escultórica de
Perseo, que no se ha observado en la visita, si bien algunos testimonios la situaban hace
poco en el interior del palacio. En el centro de la plaza, Ponz relaciona una fuente
monumental, hoy desaparecida, de aspecto similar a la construida en la plaza Pretoria de
Palermo (Italia), diseñada, entre otros, por Francesco Camilliani, originariamente para el
jardín florentino de don Luis de Toledo. Precisamente, una de las esculturas abadienses
(de paradero desconocido), que representa a un varón en actitud de miccionar, estaba
firmada por el mismo autor: 1555 FRANC.º CAMILANI FLORENTINO OPVS. En el lugar
de esta fuente, en el centro de la Plaza de Nápoles se dispone actualmente una simple
pila semiesférica apoyada sobre un capitel decorado con carnosos motivos vegetales.
En la parte inferior del conjunto, se sitúa el vasto espacio del Jardín Bajo. Hoy día,
esta área se dedica al cultivo, aunque algunas pilas adosadas a las tapias también
evidencian un uso ganadero. Además, tiene una noria circular, realizada con cantos de
río, que conserva los engranajes metálicos para la extracción de agua. El jardín bajo está
cerrado perimetralmente con tapia de granito y cuarcita, con un total de ocho puertas
hacia el exterior. Hacia el olivar del duque, junto a la capilla de las uvas, se localiza una
antigua puerta (hoy tapiada) con jambas de sillares y arco rebajado de cantería. Una
segunda puerta se sitúa en el flanco oeste, con dos contrafuertes en el alzado interior.
En estos contrafuertes, se observan numerosos elementos reutilizados en mármol y
granito (quizás una intervención tardía para consolidar la puerta). Diseñada en arco de
medio punto, presenta potentes dovelones de granito al exterior y arco escarzano al
interior, y se remata el conjunto con pináculos de piedra berroqueña mal conservados.
Pero, sin duda, los elementos más interesantes del jardín bajo son los restos de seis
puertas o «capillas», con forma de arco de triunfo, de profusa decoración, abiertas en la
margen derecha del río Ambroz. Presentan modelos y técnicas ornamentales diferentes,
siguiendo esquemas típicos del Bajo Renacimiento y parecen inspiradas en el «Sesto
Libro» de Serlio, tanto por el carácter general, como por la tendencia a dotar a los vanos
de duplicidad en las proporciones. A pesar de la ruina, el conjunto es de un refinamiento
extremo. En cuanto a la autoría, se cree fueron obra de estuquistas italianos que, una
vez finalizado el trabajo, regresaron a su país, puesto que no se conoce ningún taller
italiano instalado en España. En el centro de esta zona, Lope de Vega situaba un
conjunto de cuatro pequeñas fachadas con órganos hidráulicos, hoy desaparecidos.
La denominada Capilla de las Uvas es la de mejor calidad y diseño. El conjunto está
coronado por un frontón triangular, flanqueado por dos figuras jóvenes, masculinas, en
cve: BOE-A-2022-6446
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Núm. 93