III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2022-6273)
Resolución de 15 de marzo de 2022, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, por la que se acuerda incoar expediente de declaración de bien de interés cultural a favor de las "Fiestas Patronales de San Antonio Abad" en la localidad de Peloche, Herrera del Duque (Badajoz), con el carácter de patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 90

Viernes 15 de abril de 2022

Sec. III. Pág. 52586

Algunos años, finalmente, suelen perdonarse las multas, dejándolo todo en un acto
simbólico. En 1991, les perdonaban las multas si encontraban una señal que el guía
escondía en un paquete de tabaco.

El 14 empiezan a danzar dentro de la iglesia. Allí, a la izquierda del altar, delante de
la imagen del santo, dejan libre, sin bancos, un pequeño espacio. También quedan
reservados los dos primeros bancos, para que se sienten el mayordomo y los danzantes.
Cuando la novena va ya por la mitad, entran los danzantes en la iglesia. Los
primeros en entrar en la iglesia son los dos «recaeros»: abren la puerta, entran, se quitan
la boina con la mano izquierda, van a la pila del agua bendita, cogen agua en el cuenco
de su mano derecha y se coloca cada uno a un lado de la puerta de la iglesia, por
dentro, con la mano del agua bendita hacia delante. En ese momento, empiezan a
entrar, por orden, los demás danzantes y el mayordomo, quienes cogen el agua bendita
de la mano de los dos «recaeros», se «presinan» y van a sentarse en los dos bancos
que les han reservado. Allí esperan a que termine la novena, para empezar la danza.
El orden en que entran en la iglesia y se van sentando en los dos bancos es el
siguiente: el primero en entrar es el guía, luego el danzante de delante que lleva la
danza; después su paralelo; más tarde los dos últimos (el último, «el Bartolo»); tras los
danzantes, llega el mayordomo; y, por último, los guitarristas.
La banda se suele cambiar el día 15. Son los mayordomos los que lo hacen, durante
la novena.
El día 16, la víspera de la fiesta grande, es una de las jornadas más agotadoras para
los danzantes. Por la mañana temprano, deben hacer la lumbre al mayordomo, después
tienen que cortar la «iluminaria» para el santo, con la ayuda de la gente del pueblo (es
decir, preparar una enorme hoguera en la plaza, con grandes troncos de encina), danzar
en la novena y acostarse temprano, porque el día siguiente también será muy duro.
Para la danza en la novena, además de la boina y el pañuelo, los danzantes
incorporan ya las dos ligas con cascabeles en ambas piernas y los lazos de colores
atados en los pantalones.
La música de la danza está marcada por uno o dos guitarristas que acompañan a los
danzantes. Estos guitarristas se sientan en las gradas del altar, delante del pequeño
espacio libre donde hacen sus movimientos los danzantes.
Los danzantes aportan a la música, con las piernas, el sonido de los cascabeles; y,
en la segunda parte de la danza, con las manos, el sonido de sus castañuelas de
fabricación casera.
Los danzantes miran hacia el santo, dando la espalda a los fieles, que están
sentados en los bancos de la iglesia. Como la iglesia es pequeña, la gente ocupa todos
los huecos libres, incluido el coro. Entre los asistentes sorprende ver no solo a gente
mayor, sino también a muchos jóvenes y niños.
La danza se realiza pausadamente, siguiendo la música repetitiva de la guitarra.
Tiene dos partes: la primera, que algunos llaman «danza baja», y la segunda, o «danza
alta».
La primera parte dura unos diez o doce minutos y, en ella, los danzantes no llevan
sus castañuelas, así que solo se escuchan los sonidos de la guitarra y de los
cascabeles. Es una danza lenta. Los seis danzantes, colocados en doble fila de tres, y el
guía llevan uno de sus brazos en jarras (aquel que mira hacia fuera de la formación); el
otro brazo lo dejan caer sobre el cuerpo (el que mira hacia la otra fila de danzantes).
En realidad, más que danzar, los danzantes van andando con cierta majestuosidad:
dan un paso moviendo un pie, por ejemplo, el izquierdo, hacia el lado izquierdo, y a
continuación acercan el pie derecho; cuando juntan los dos pies, se levantan de
puntillas, con lo que quiere parecer un pequeño saltito, pero que no lo es, ya que solo
levantan el talón, manteniendo la punta del pie en el suelo. A continuación, hacen el
mismo movimiento hacia la derecha, empezando con el pie derecho. Y así
continuamente, con estos pasos, sin castañuelas, van trenzando giros, van cruzándose

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