III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2022-6273)
Resolución de 15 de marzo de 2022, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, por la que se acuerda incoar expediente de declaración de bien de interés cultural a favor de las "Fiestas Patronales de San Antonio Abad" en la localidad de Peloche, Herrera del Duque (Badajoz), con el carácter de patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 15 de abril de 2022

Sec. III. Pág. 52583

– La Hermandad de San Antón y las Fiestas: mayordomos y danzantes.
Para empezar debemos destacar la existencia de la Hermandad de San Antón, tanto
más importante cuanto en ella se resuelven todos los preparativos que exige este ritual.
La hermandad cuenta con presidente, tesorero, secretario y hasta tres vocales, cargos
todos ellos electivos cada cuatro años.
Para organizar la fiesta de san Antón, la figura más relevante será la del mayordomo,
esto es la persona encargada de organizar todas las actividades que rodean la fiesta. El
mayordomo se ofrece por «manda» o promesa, y se lo comunica al cura, quien lo apunta
en un libro que tiene al efecto. Si algún año se ofrecen dos personas, es mayordomo el
primero que se lo haya dicho al cura. Y si algún año no se ofrece nadie, es mayordomo
uno de los miembros de la Hermandad, ya que entre las responsabilidades que tienen se
encuentra la de ofrecerse a ser mayordomo cuando nadie se haya ofrecido a ello. En la
elección de mayordomo no suele haber problemas; pero alguna vez ha habido
emigrantes que han intentado ser mayordomos cuando la fiesta ha caído en fin de
semana y, si ya había alguien apuntado, solo han podido hacerlo llegando a un acuerdo
con el mayordomo ya elegido. Como vemos, de entrada tenemos una religiosidad
popular que cristaliza en este ritual, con una de las prácticas más comunes y extendidas,
las promesas o mandas, que en esta localidad, se canalizan entre otras formas,
especialmente a través de un cargo ritual, el mayordomo, en virtud del cual se agradece
un favor recibido a través de un ejercicio que va a exigir las más de las veces, mucho
trabajo (preparar y vender los dulces, acompañar a los danzantes en la novena, en la
procesión, en la misa, organizar los convites…) y un importante desembolso económico.
Asimismo, es muy interesante destacar los protocolos muy interiorizados que permiten
que el ritual se desarrolle superando cualquier tipo de problema que se pudiera generar
tanto por la existencia de varios posibles mayordomos, como por la ausencia de los
mismos.
Cronológicamente, la fiesta tiene lugar entre el 16 y 18 de enero, sin embargo, la
preparación de la fiesta se inicia realmente el día de los Reyes Magos, el 6 de enero,
fecha en la que ya se sabe con seguridad quién va a ser el mayordomo. Este momento
será aprovechado por algunos jóvenes para ir a la casa del mayordomo y «brindarse»,
para ser danzantes. Lo harán por «manda», por agradecimiento o por compromiso con el
mayordomo. Antes eran solo jóvenes del pueblo; pero ya pueden ser también jóvenes
casados con chicas del pueblo.
Al mayordomo se le reconoce porque durante estos días lleva puesta una gorra o
boina, igual que los danzantes. Además, el día de san Antón también lleva un pañuelo
de colores al cuello.
El 7 de enero empiezan los ensayos de la danza. Antes se hacía en casa del
mayordomo, hoy día la Hermandad cuenta con la denominada Casa del Santo y es allí
donde se hacen los ensayos.
En la danza participan siete hombres: seis danzantes y el guía. Para la música, se
acompañan de uno o dos guitarristas. Cada danzante lleva además unas castañuelas,
para acompañar el ritmo de la segunda parte de la danza.
Como suele ocurrir en no pocas tradiciones, hay una regla no escrita que sólo
permite danzar a los hombres si bien, en el año 2015 ya participó una mujer, lo cual
demuestra que las tradiciones no son inmutables, como la cultura en las que se insertan,
generan cambios, que en último término permiten adaptarse a los tiempos y evolucionar
con ellos. Las reglas no son taxativas y es una cuestión de tiempo ver mujeres
danzantes. Hay mucha etnografía que atestigua este hecho, los auroros de Zarza Capilla
permitieron, llegado el momento, la entrada de mujeres y el Jarramplas de Piornal
(Cáceres), este año ha tenido a una mujer por protagonista. Seguramente, dogmatizar la
tradición, y sostener una férrea normativa, es la base para la desaparición de las
mismas.
Los seis danzantes forman dos filas de tres, separadas poco más de un metro. Entre
los dos primeros de delante marcha el guía.

cve: BOE-A-2022-6273
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Núm. 90